Nos saludó y acto seguido empezaron las lecturas, a las cuales, todos en pie, respondíamos cantando un villancico (bueno, yo lo intentaba) cuya letra podíamos seguir a través de una gran pantalla colgada sobre el pequeño coro que estaba mirando hacia nosotros. Nuestro párroco y el pastor anglicano leyeron también. Al cabo de un rato, el pastor presbiteriano hizo un breve sermón, muy correcto y bien explicado, que un cura católico podría firmar perfectamente. Y después del villancico final se dió por finalizado el servicio. El pastor nos invitó a un refrigerio en el local que había junto a la iglesia y allí fuimos buena parte de los asistentes, a beber el típico té y a comer pastas y dulces que había en una mesa y que algunos de los feligreses presbiterianos también repartían amablemente. Fue un bonita experiencia ecuménica. Muchos años había oído rezar por la unión de los cristianos (la Iglesia católica siempre dedica un domingo del año a ello) pero esta vez tuve la oportunidad de vivirlo en primera persona.
sábado, 26 de diciembre de 2015
Villancicos ecuménicos
Nos saludó y acto seguido empezaron las lecturas, a las cuales, todos en pie, respondíamos cantando un villancico (bueno, yo lo intentaba) cuya letra podíamos seguir a través de una gran pantalla colgada sobre el pequeño coro que estaba mirando hacia nosotros. Nuestro párroco y el pastor anglicano leyeron también. Al cabo de un rato, el pastor presbiteriano hizo un breve sermón, muy correcto y bien explicado, que un cura católico podría firmar perfectamente. Y después del villancico final se dió por finalizado el servicio. El pastor nos invitó a un refrigerio en el local que había junto a la iglesia y allí fuimos buena parte de los asistentes, a beber el típico té y a comer pastas y dulces que había en una mesa y que algunos de los feligreses presbiterianos también repartían amablemente. Fue un bonita experiencia ecuménica. Muchos años había oído rezar por la unión de los cristianos (la Iglesia católica siempre dedica un domingo del año a ello) pero esta vez tuve la oportunidad de vivirlo en primera persona.
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